LOS ALIENÍGENAS DE LA NAVE ESPACIAL

Booth se giró hacia su "Ángela". Ella también lo hizo. A pesar de haber estado enterrada, Booth la vio mas hermosa que nunca. Deseaba tomarla, abrazarla, besarla, decirle que todo había terminado, que no tuviera miedo, que nunca la dejaría sola. Habia estado a punto de perderla y se había dado cuenta de algo que ya sabia desde hacia demasiado: ella era su vida entera y no podía vivir sin ella. Pero Booth creía, sabía, que ella no sentía lo mismo. No era posible, porque ella era Temperance Brennan.


La doctora se sentía como si acabara de renacer. Habia pasado el peor momento de su vida. No por haber sido enterrada. No por haber estado a punto de morir. Sino por haber estado a punto de dejar este mundo… sin confesarle los sentimientos al hombre a quien amaba. Lo había negado, se había resistido. Se intentaba convencer de que solo era su imaginación. Pero él estaba presente en su realidad y en sus fantasias.
-"Lo que usted tiene es fe" le había dicho Hodgins. No fe en dios, ni en ninguna otra divinidad. Fe en un hombre mortal.
-"No es fe. La fe es una creencia irracional. No es irracional, creo en él… porque él siempre esta ahí"