...Najwa...
Llego tarde como siempre, ya lo ves ¿Qué hora es?
No quiero contarte lo mismo una y otra vez.
Hablo poco, bebo más de lo debido.
No digo nada, todo en mí parece repetido,
y ahora siento que tienes cara de otro.
Sólo quiero estar callada, te veo fuera de foco,
y te esfumas poco a poco, como el humo de un cigarro.
Y gritaré, gritaré hasta llegar a tí.
Gritaré, gritaré hasta llegar a tí.
Y si estás tan acabado, fumigado, aniquilado,
arrasado y envasado por estar aquí a mi lado.
Gritaré, gritaré hasta perder la voz.
Porque cuando hablo en voz baja, no te paras a escuchar.
Sin más estaba en luna llena, quedaba sin manada, a punto de extinción.
Oscura como mi sombra, que perdió tu silueta por error.
Y gritaré, gritaré hasta que encuentre una razón.
Soy el último primate convertido en francotirador.
Y ahora apunto hacia tu cráneo, porque el pulso no me fallará,
me queda el desempate, remitido y desarmado, mi amor no fue lo bastante.
Y gritaré, gritaré hasta llegar a tí.
Porque el tiempo nos espera y nos dará la razón
miércoles, 31 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sin bancos de niebla
Publicar un comentario